En determinadas situaciones te ves incapaz de hacer aquello que se espera de ti. Aparece la ansiedad, el estrés e incluso dolencias físicas como problemas para respirar, dolor de cabeza, malestar en el sistema digestivo, acné, eczemas. Te pillas con pensamientos cíclicos intentando controlar lo que ocurrirá y entras en un bucle difícil de romper. Tu vida gira pensando en como controlar todo para evitar esas emociones que te incomodan.

Por más que lo intentas ese mal hábito siempre vuelve. Eres consciente que ese hábito te limita y te está impidiendo ser la persona que te mereces. Lo has intentado innumerables veces, pero siempre vuelves a la casilla de salida. Esto te hace sentir decepcionado contigo mismo, avergonzado e incluso que no te mereces estar mejor. Sientes que eres un desastre y que es verdad que no lo vas a conseguir.

Buscas ante todo la perfección. Te presionas constantemente por conseguir llegar al primer puesto y sobresalir. Has conseguido tus metas y objetivos pero por algún motivo que desconoces te sientes más infeliz que nunca. Sientes que hay algo que no está bien en ti. No terminas de saber porqué, pero no eres feliz con la vida que tienes.