“Siento que nadie me entiende. No hay nadie con quien pueda hablar sobre mis sentimientos o lo que estoy viviendo.”

Esto es algo que escucho bastante a menudo y hoy me gustaría darte mi punto de vista para que entiendas un poco más de donde puede venir este sentimiento y que puedes hacer al respecto.

Sentirse incomprendido es grave. Puede conducir a la depresión y a la ansiedad. Sentirse comprendido, en cambio nos lleva al bienestar. 

Un estudio sobre estudiantes universitarios de la Universidad de Virginia relaciona sentirse comprendido no solo con una mayor satisfacción con la vida, sino incluso con menos síntomas de enfermedades físicas.

Cuando sentimos que somos diferentes y no encontramos aquello que nos une o conecta con los demás, hace que naturalmente nos volvamos más precavidos, mantengamos más distancia y evitemos compartir información o hablemos a la defensiva. Lo más normal es que frente a esto alguien nos pueda malinterpretar. Así que entramos en un círculo vicioso de donde es difícil salir. 

 

La importancia de sentirse comprendido

Sabemos que los sentimientos de pertenencia, amor y aceptación son necesidades humanas básicas. Lo que ocurre es que no podemos sentir que pertenecemos si pensamos que no somos comprendidos.

Sentirnos comprendidos por los demás nos ayuda a comprendernos a nosotros mismos. 

En general, nos sentimos más satisfechos en las relaciones en las que sentimos que podemos compartir nuestras cosas abiertamente. Cuando nos sentimos comprendidos, experimentamos menos soledad y depresión.

 

¿Por qué nadie me entiende?

Aqui te dejo algunos puntos que pueden estar relacionados con lo que estás sintiendo ahora mismo:

1. No confías en los demás

Cuando hemos sido acosados ​​o hemos crecido en un entorno poco amable, podemos adoptar un comportamiento inconsciente de desconfianza con la gente. 

Por ejemplo, si conocemos a alguien y nos ponemos a hablar con esta persona no nos abriremos a ella ni le contaremos cosas relacionadas con nosotros mismos. Desconfiamos. De hecho, incluso podemos confundir las bromas amistosas con comentarios crueles.

En secreto, pensamos que somos defectuosos y tenemos miedo de que otros se den cuenta si nos conocen.

Este tipo de pensamiento puede dar lugar a muchos malentendidos. Afortunadamente, no está escrito en piedra. Podemos trabajar para cambiar nuestras creencias fundamentales sobre nosotros mismos y los demás.

2. Eres codependiente

¿Estás esperando que si alguien más te entiende totalmente, entonces te sentirás mejor contigo mismo? 

La codependencia es una “adicción” a buscar la aprobación y validación de los demás hasta el punto de perder de vista quién eres. Y si no sabes quién eres, es difícil que alguien más te conozca y te entienda.

 

3. Esperas que alguien te entienda completamente

Nuestras mentes son más rápidas que nuestro habla. En ocasiones, podemos decidir que no vale la pena compartir todos los pensamientos.

A veces esperamos que alguien simplemente entienda lo que queremos decir porque nos conoce. Esperamos que se anticipen a nuestras necesidades, que muestren interés de la misma manera que nosotros, o que entiendan de inmediato lo que hicieron que nos molestó. Como si tuvieran telepatía.

Como la mayoría de las cosas en la vida, la verdad es más complicada que eso. Si entendemos que nadie puede ser un lector de mentes o conocernos en todos los niveles, seremos mejores para lidiar con sentirnos incomprendidos.

 

4. No comunicarse de manera efectiva

A veces, creemos que somos muy claros con lo que decimos.

“Estoy que no me da la vida, entre el trabajo, la casa y lo demás. ¡Ojalá tuviera algo de ayuda!

Para ti, esto puede sonar como un ejemplo obvio de pedir ayuda. Es posible que te sientas decepcionado, frustrado o incluso enfadado cuando tu amigo o pareja no se ofrezca a ayudarte.

Pero es posible que tu amigo no haya respondido a tu llamada de ayuda en absoluto. Es posible que hayan pensado que solo necesitas desahogarte.

A veces es al revés. Alguien puede pensar que necesitas ayuda, por lo que te sugerirá cosas que puedes hacer para mejorar tu situación. Pero puedes terminar sintiéndote incomprendido y juzgado.

La mayoría de nosotros no estamos acostumbrados a ser directos con nuestros sentimientos y necesidades, pero es una habilidad que podemos aprender y que nos ayudará a sentirnos con una mayor paz interior.

 

5. Renunciar demasiado pronto

“Nadie me entiende” puede ser una actitud contraproducente. Es como si te dijeras a ti mismo “No va a funcionar. No te molestes”, al primer indicio de problemas.

La verdad es que la gente se malinterpreta todo el tiempo. 

La diferencia entre alguien que piensa “tengo depresión y nadie me entiende” y alguien que no, es su sistema de creencias.

Por ejemplo, si tienes la creencia de que algo va mal contigo, puedes sentir vergüenza o pánico cuando te sientes incomprendido por los demás. Como resultado, puedes cerrarte y pensar algo como “no tiene sentido. La gente siempre me malinterpreta”.

En cambio, alguien que cree en sí mismo: “Soy tan digno como los demás. Merezco ser escuchado, y ellos también”. Todavía pueden sentir frustración cuando se sienten ignorados o incomprendidos por los demás. Sin embargo, debido a que no experimentará una reacción emocional tan importante, es más probable que elijan lidiar con ella tratando de experimentar con calma su posición de manera diferente.

 

6. Depresión

De hecho, las personas pueden tener dificultades para entender por lo que estás pasando si nunca han experimentado depresión. Algunas personas no saben cómo responder y pueden decir cosas inútiles como «La felicidad es una elección» o «Lo que no te mata te hace más fuerte».

Estas reacciones nos hacen sentir aún más solos.

Pero a menudo, cuando tenemos depresión, nos sentimos incomprendidos y solos incluso antes de haber dicho nada. Asumimos que nadie nos entenderá, o pensamos que no debemos “cargar” a nadie con nuestros problemas.

Estos sentimientos y suposiciones a menudo conducen al retraimiento, un síntoma común de la depresión. La retirada fortalece la creencia de que “tengo depresión y nadie me entiende”.

 

7. Miedo al rechazo

Las personas con sensibilidad al rechazo están atentas a cualquier señal de rechazo y pueden malinterpretar lo que otras personas dicen o hacen. Un tono o aspecto específico puede hacer que alguien con depresión se sienta juzgado, incomprendido o rechazado y enviarlo a una espiral de vergüenza.

 

¿Qué hacer para cambiar esto?

 

1. Trabaja en comprenderte a ti mismo

A veces esperamos que la gente nos entienda cuando ni siquiera nos entendemos a nosotros mismos. 

Por ejemplo, podemos esperar ayuda, pero no sabemos exactamente qué tipo de ayuda estamos buscando.

Aprender a comprender mejor tus valores, creencias y comportamientos puede ayudarte a ser más claro con los demás.

 

2. Pregúntale a alguien en quien confíes cómo te ve

A veces, nuestra idea de cómo somos no se corresponde con la realidad. Si tienes personas con las que te sientes cómodo, pregúntales cómo te ven. Escuchar cómo te ven los demás puede ayudarte a comprender en qué puedes trabajar para ser y sentirte más comprendido por los demás.

 

3. Aprende a entender y comunicar tus necesidades

Trata de tener claro cuáles son tus necesidades y aprende a expresarlas claramente. Aprende a prestar atención a las pistas sutiles de tu cuerpo cuando se siente incómodo. 

Por ejemplo, puedes notar cómo en una situación determinada notas como tu respiración se acelera, sientes como tus manos comienzan a enfriarse o sientes la necesidad de moverte. En vez de continuar ignorando todo esto, párate y siente. Escucha que quieren decirte esas emociones y que necesitas. Este es el primer paso para saber qué necesitas y así después poder comunicárselo a los demás. 

Si quieres desahogarte sin recibir ningún consejo, puedes decir justo eso. Sería algo así: “Necesito que me escuches simplemente, no necesito ningun consejo”. 

Por otro lado, si un amigo comparte algo contigo y no estás seguro de si quiere un consejo o no, puedes preguntar: «¿Solo lo compartes o estás abierto a recibir consejos?».

Adquiere el hábito de preguntarte qué necesitas y expresarlo a las personas que te rodean. Trata de concentrarte en tus sentimientos y necesidades en lugar de las acciones de otras personas y evite términos como «siempre» y «nunca».

 

4. Ser vulnerable

Si estás asumiendo que nadie entenderá por lo que estás pasando los sentimientos de vergüenza pueden aumentar dentro de ti. A veces, la gente te sorprenderá, pero tienes que darles una oportunidad.

 

5. Pedir ayuda profesional 

Si crees que para poder cambiar lo que sientes necesitas un acompañamiento y la guía de un profesional, entonces ponte manos a la obra. Estás a una decisión de comenzar a mejorar tu vida.

A veces, todo lo que necesitamos es la experiencia de lo que es una relación de confianza para luego ser lo suficientemente valientes como para crear más de esa comprensión para nosotros mismos fuera de la sala de terapia.