¿Por qué no consigo pareja?
¿Por qué no consigo trabajo?
¿Por qué no consigo adelgazar?
¿Por qué no consigo ir al gimnasio?
¿Por qué no consigo mis objetivos?
¿Por qué no consigo…?
Esta pregunta me la encuentro de manera recurrente cuando hablo con las personas a las que ayudo. A lo largo de estos años me he dado cuenta, que es una pregunta que suele preocupar a muchos. La pregunta en sí, de primeras, lo que indica son las ganas de entendimiento por parte de quien la realiza. Pero lo que esconde por detrás este tipo de pregunta es el dolor, la frustración y la decepción que guarda en su interior la persona que la hace.
No sé si tú estás dentro del grupo de personas “Por qué no consigo…” pero yo sí. Durante muchos años esta pregunta estuvo en mi boca más de lo que me hubiera gustado.
¿Qué es lo que solemos hacer?
En algún momento de nuestras vidas nos levantamos un día llenos de motivación y pensando. “Hoy es el día. Hoy es el día que voy a…. ponerme a dieta, ir al gimnasio, estudiar, dejar de fumar, dejar de beber y un largo etc.
¿Qué es lo que hacemos justo a continuación?
Pues nos centramos en ese cambio que queremos instaurar en nuestra vida, enfocándonos en el resultado que queremos obtener, poniendo toda nuestra energía y motivación en la meta que queremos alcanzar y nos lo tomamos muy en serio. Durante el primer mes somos contundentes con nuestra meta. Lo tenemos super claro y nos los repetimos constantemente para no olvidarlo: quiero perder 10 kg, quiero un ascenso, quiero aprender un nuevo idioma, quiero dejar de fumar…
¿Qué es lo que ocurre a continuación?
Pues que ponemos toda nuestra energía, intención, motivación y alma pensando que estos son los ingredientes necesarios para alcanzar nuestra meta. Total, es lo que vemos a nuestro alrededor. Gente que de la noche a la mañana consiguen esos cambios en sus vidas, en un periodo de tiempo razonable y fácilmente, ¿no?
Pero de pronto, un día nos pillamos cayendo otra vez en los viejos hábitos. Nos damos cuenta de que con nosotros no funciona igual que con el resto. Algo va mal con nosotros. Además, nos encontramos desmotivados, agotados y nos sentimos de alguna manera fracasados porque nos vemos muy lejos de esa meta inicial. Estamos otra vez en la casilla de salida.
¿Por qué caemos siempre en la misma piedra?
Esto es algo que siempre intento explicar porque me parece esencial para hacer los cambios que quieras hacer.
Es importante que entiendas porqué nos comportamos de la manera en la que lo hacemos. Que entiendas el motivo por el cual aunque lo intentemos, volvemos siempre a la casilla de salida. Una vez que entiendas esto, es más fácil saber qué mecanismos necesitas para hacer los cambios y comenzar con nuevos hábitos.
1. Somos animales de costumbre.
Sí, cómo lo has oído. Al igual que el resto de los animales nos sentimos seguros ante las cosas familiares. Es un simple mecanismo evolutivo de supervivencia.
Para que lo entiendas. Lo que nos hizo sobrevivir como especie era mantenernos en aquellos lugares y con aquellas rutinas que nos eran familiares. Imagínate viviendo en mitad de la selva, con tu tribu. Lo que se hacía era reconocer el terreno y así saber donde estaba el peligro y donde no. Por lo que irse a zonas nuevas siempre implicaba un riesgo a morir. Lo mismo con lo que comías. Se comía aquello se conocía. Por muy jugoso que pareciese un nuevo fruto… cuidado, porque puede ser venenoso.
Esto es algo que llevamos intrínseco en nosotros. Lo familiar es igual a seguridad. A vivir. A no tener peligros alrededor.
Es por esto por lo que los hábitos que tenemos, aunque algunos de ellos no sean tan buenos para nosotros, por el mero hecho de ser familiares es por lo que nuestra mente y nuestra naturaleza nos empujan a volver a ellos. Porque lo conocemos. Porque es lo que nos da seguridad. Hay que tener en cuenta que todo esto es algo completamente inconsciente.
Pero tranquilo. Que esto no es algo que te limite. Solo que creo que es importante que entiendas y que conozcas, el primero motivo que te empuja a volver a ese viejo hábito.
2. Nos centramos en el resultado
Nuestro primer error a la hora de cambiar un hábito antiguo por uno nuevo es que estamos intentando cambiar lo que no es, el resultado.
Para entender esto quiero primero explicarte que existen 3 niveles en los que los cambios pueden ocurrir.
- Resultados: este nivel se relaciona con el cambio en el resultado. Bajar de peso, dejar de fumar, publicar un libro. La mayoría de las metas que te propones están en este nivel de cambio.
- Proceso: esté nivel está relacionado con el cambio de hábitos y sistemas. Consiste en implementar una nueva rutina o pasos que te ayuden a conseguir el resultado. Por ejemplo, cada vez que sales del trabajo vas directamente al gimnasio, así te obligas a tener una nueva rutina que te ayude a no saltarte el gimnasio.
- Identidad: Este es el nivel más profundo ya que implica cambiar tu identidad, cambiar tus creencias. Aquí está la clave. Las creencias son las que motivan nuestro comportamiento y por tanto el resultado que tenemos. Si queremos tener un resultado diferente, entonces debemos de cambiar la creencia que nos ha empujado a tener el comportamiento antiguo que nos origina el mismo resultado. Para que lo entiendas, en este nivel la meta no es correr una maratón sino que te conviertas en corredor.
Resumiendo esto tres puntos serían:
- Los resultados tienen que ver con los que obtienes
- Los procesos con lo que haces
- La identidad con lo que crees.
Cuándo quieres adquirir un nuevo hábito para que se quede contigo siempre y forme parte de ti, entonces hay que centrarse en cambiar la identidad. Cuando el cambio lo haces en este nivel hay que tener claro dos cosas.
La primera, estos cambios no son instantáneos, por lo que se requiere paciencia y dejarse llevar por el proceso.
La segunda, cuando el cambio lo haces desde este nivel el hábito formará parte de ti. Recuerda, que tu identidad surge de tus hábitos. Tú decides qué hábitos quieres que formen parte de ti.
Si leyendo todo esto sientes que te gustaría saber algo más sobre cómo realizar estos cambios en el nivel de identidad porque tienes claro que te quieres convertir en una mejor versión tuya y que te gustaría que te encantaría que alguien te pudiera guiar, que no te ves fuerte para hacer estos cambios tu solo, no dudes en que puedes contar conmigo. Te propongo que charlemos, sin ningún compromiso y te explicaré como mi método te puede ayudar de la misma manera que ya lo he hecho con otras muchas personas que estaban en el mismo lugar emocional en el que te encuentras ahora mismo. Además te puedo garantizar como notarás los cambios rápidamente sin tener que esperar e invertir horas y horas de sesiones.
¿Sabes qué es lo que hace a mi método tan efectivo?
Que saca a relucir todo tu potencial interior. Que trabaja con las respuestas que tú ya conoces, pero que todavía no encuentras porque están ocultas en tu interior. Mi labor para que consigas ser feliz es guiarte, estar a tu lado para que encuentres tus propias respuestas. Enseñarte todo lo que ya hay dentro de ti.
¿A qué esperas? Recuerda que lo mejor que te puede pasar es que reconectes contigo y que te sientas mejor que nunca.
Te invito a que reserves una call para que nos conozcamos y te explique en más detalle mi método y como te puede ayudar.